jueves, 31 de julio de 2014

Fragmento "Nieblas del Pasado 1" cap. 6

—¡¿Usted?! —dijimos ambos al mismo tiempo mirándonos fijamente.
Loui no entendía nuestra actitud y se sorprendió por lo mismo;
—¿Se conocen? —preguntó levantando una ceja.
Mis ojos no podían estar más abiertos en ese momento y el tipo estaba hipnotizado mirándome fijamente sin poder decir nada, no podíamos disimular, estábamos más que sorprendidos y tampoco podíamos distinguir si la sorpresa era agradable o no;
—Creo que… —comencé a decir.
—A sus pies majestad. —Reaccionó anticipadamente tomando mi mano y besándola.
—Te presento a Constanza Waldemberg, reina de Bórdovar. —Loui se limitó a hacer las presentaciones sin entender lo que pasaba.
—Constanza Norman… —interrumpí contradiciendo a Loui—. De… Waldemberg.
Sentí la mirada inquisidora del rey de nuevo, eso no le había hecho gracia;
—Mucho gusto —dije disimuladamente.
—Es un enorme placer para mí conocerla. —Me reverenció sin soltar mi mano.
Nuestras manos estaban heladas y el nerviosismo las hizo transpirar, mi corazón palpitó aceleradamente y trataba de contener mi respiración normal. El tipo a pesar de tener una piel blanca estaba más pálido que un papel;
—Amor mío te presento al doctor Dylan Schneider —dijo Loui con seriedad—. Médico veterinario y un buen amigo mío de estudios.
—Mucho gusto en conocerlo doctor y bienvenido a Bórdovar, bienvenido al Ange Château.
—Dylan y yo fuimos compañeros continuó—, nos conocimos durante el servicio militar en Inglaterra, a él le apasiona volar pero su vocación y amor por los animales lo llevó a estudiar veterinaria y es por eso que está aquí. ¿Nos sentamos a la mesa?
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A pesar de tratar de estar en todo, no dejaba de observar el nerviosismo de Dylan, era muy evidente y ni siquiera había probado completamente el almuerzo, el chiste fue cuando una de las mucamas le ofreció un aperitivo;
—¿Desea ensalada de huevos con galletas de soda, señor?
La expresión de Dylan fue de lo más chistosa, sus ojos se abrieron al límite y por un momento se retorció en su silla, su cuerpo se tensó al mismo tiempo que el sudor en su frente se dejó ver, llevó sus manos a la boca para evitar una sonrisa y sólo se limitó a tomar una copa de agua fría mientras rechazaba el ofrecimiento con un gesto de su mano, reaccionando al mismo tiempo para pedirle a la mucama que le trajera una bebida más fuerte. A todo esto, él pudo darse cuenta después que yo lo estaba observando mientras tomaba mi copa y la vergüenza que sentía no podía disimularla, su tez blanca hizo notar su rubor, su cara estaba tan roja como las cerezas del postre;
—¿Te sucede algo Dylan? —Preguntó Loui un tanto sorprendido al ver a su amigo en ese estado—. Hasta el momento no has dicho nada.
—Estoy bien —contestó tratando de disimular—. No te preocupes.
—¿Seguro? 
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martes, 29 de julio de 2014

Fragmento "Nieblas del Pasado 1" cap. 2

—Me alegra que me haya acompañado —le dije mientras le servía chocolate caliente.
—Como le dije el honor es para mí —dijo un tanto extrañado.
—¿Qué pasa? —pregunté ante su gesto.
—Nada, nada, es sólo que… —titubeaba—. Usted es la reina y no permite que le sirvan, eso no lo había visto.
—Soy una persona normal,  aunque sea la reina no soy una inútil, me gusta hacer las cosas por mí misma aunque a algunos no les guste, así soy y no quiero cambiar.
—Es usted admirable, la verdad no me la imaginaba así.
—¿Y cómo me imaginaba entonces? —le pregunté sonriente mientras me servía yo.
—No sé, como todas las demás… cómo son todos los miembros de la realeza, tal vez un tanto orgullosa, altiva… perdón si le molesta mi comentario.
—No se preocupe, agradezco su sinceridad, yo no puedo ser así porque no nací en este ambiente, cuando llegué aquí pensaba lo mismo que usted y tenía miedo, pero siempre me mostré como soy sin importarme lo demás. Jamás imaginé que llegaría para quedarme, me enamoré según yo de un hombre normal y encantador, pero resultó después ser el mismo príncipe y al principio no sólo me sentí burlada y molesta, sino también aterrorizada, lo amaba pero no imaginaba convertirme en princesa y mucho menos en reina. Aún después de estos años sigo teniendo miedo, no era el estilo de vida que quería, una persona me había dicho que el ser de la realeza no era la gran cosa porque a pesar de tenerlo todo, también tiene sus limitantes y tenía razón, gracias a Dios el rey es un hombre maravilloso y me complace en casi todo y eso ha hecho mi estadía y mis responsabilidades más llevaderas.
—Agradezco su gentileza al decirme todo eso —dijo mientras tomaba la taza entre sus manos—. Yo soy un extraño aquí, más sin embargo usted siendo la máxima autoridad después del rey, me trata como si fuéramos amigos que se conocen desde hace mucho tiempo y eso me halaga profundamente.
—Doctor Valder…
—Por favor, llámeme Víctor.
Sus cristalinos ojos me miraron fijamente por un momento, era un hombre atractivo pero con una tristeza que no podía disimular;
—Está bien. —Sonreí tímidamente—. Víctor usted me cayó muy bien desde que lo conocí y no es sólo por el aprecio que sentí por su padre, puedo sentir que usted es una persona seria, honesta, responsable y sé que no me equivoco. Seguramente usted tenía sus planes una vez que se graduara y yo entorpecí su futuro al pedirle que se mudara a Bórdovar, le pido que me perdone pero no podía confiarle a mis hijos a nadie más.
—Muchas gracias por sus palabras majestad,  es usted una mujer extraordinaria si me permite decirlo y creo que tal vez tenga razón, cuando uno recibe su título comienza a hacer castillos en el aire y la verdad nunca me imaginé venir a este lugar y quedarme en el lugar de mi padre. Él era un buen hombre y un excelente médico, es por eso que desde pequeño siempre quise ser como él y eso era algo que lo hacía sentirse orgulloso de mí, él también se expresaba muy bien de usted.
—¿Ah sí? —Pregunté mientras saboreaba el chocolate—. ¿Y qué le decía?
—Recuerdo que hace unos años atrás, me escribió para decirme sobre una tutora extranjera que había llegado por invitación del príncipe, al parecer usted fue… no sé cómo decirlo… una especie de…
—¿Objeto?
Me miró fijamente sin saber que decir, al parecer se sentía muy apenado;
—No sienta vergüenza —continué—.  Fue una época un tanto incómoda y el solo hecho de recordarla me causa risa, muchos caballeros me conocieron a raíz de una fiesta de máscaras en honor a un supuesto compromiso del príncipe y desde ese momento, supe que no me los quitaría de encima y uno de ellos que me conoció ese día fue su padre. La verdad era una situación bastante incómoda, yo estaba profundamente enamorada de mi “hombre normal” y desde que lo conocí me era imposible ver a otros caballeros.
—Me siento un poco apenado —bajó la cabeza—. Era natural que como viudo mi padre pudiera ver otra mujer, sé que no se justifica ya que era muy mayor y nunca supe a ciencia cierta el efecto que usted produjo en él, pero si debo decirle que la admiraba y más después de todos los acontecimientos ocurridos.
—¿Acontecimientos ocurridos? —Pregunté asombrada—. No me diga que… ¿De verdad conoce todos esos episodios?
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