jueves, 27 de febrero de 2014

Fragmento del libro 2 "Panfletos eróticos"

Comentando con unas amigas en un grupo, hablamos sobre historia de Francia y los panfletos eróticos que corrían por esa época ridiculizando a María Antonieta y a su amante Fersen, cosa que hizo caldear más los ánimos que terminaron estallando en la revolución, una pregunta que yo me hecho es ¿Dónde queda Luis XVI es todo eso? La relación de ellos era un secreto a voces que no era para nada desconocida en Versalles aunque fueran sólo rumores como algunos decían. Son muchas las especulaciones en cuanto a eso y una de ellas es que Luis lo sabía pero no creía, igual así como ese panfleto que nos mostró una amiga en donde Fersen monta una especie de avestruz pero con patas de caballo y con forma de enorme pene erecto y María Antonieta feliz lo ve montar a la vez que lo acaricia, así hubieron muchos otros que sin ningún pudor (para la época) se regaron como la pólvora en burla hacia la reina y su amante. Cuando escribía la escena que les voy a compartir a continuación quise incluir algo sobre los panfletos eróticos en el siglo XVIII y para eso tuve que buscarlos, encontré algunos que me sirvieron para describirlos pero no me pregunten por ellos porque no los bajé, simplemente sólo quería verlos y describirlos así que van a usar su imaginación y traten de ver este fragmento del segundo libro que les comparto a continuación:



—Ven, es necesario que te muestre algo, quiero ser totalmente honesto contigo.
Buscó en un pequeño alhajero que estaba en la gaveta de una mesa pequeña, una llave antigua y abrió uno de los baúles, su contenido me estremeció;
—Sé que conoces los libros y como te dije, no terminé de leerlos, pero no es esto lo que quiero mostrarte.
Reconocí los libros de Sade y comencé a ponerme nerviosa, sólo esperaba que Loui no llegara al extremo. Debajo de los libros había una caja de cartoncillo forrada de seda negra y cuando Loui la sacó, me mostró su contenido;
—No sé si los has visto así que no quiero que te vayas a asustar, los adquirí… por una sugerencia y para ver si… me servían.
—Son revistas Play…
—No. —Se apresuró a decir—. Tranquila, mira con detenimiento.
Nos sentamos en la alfombra y obedecí curiosa, a simple vista parecían panfletos, dibujos satíricos con escenas cotidianas del siglo XVIII hechos a mano pero… ¿Eróticos? Eran muy, muy eróticos, tanto que sentí cómo inconscientemente la temperatura comenzaba a elevarse en mí, al mismo tiempo que algunas me parecían grotescas. Intenté observar sin que Loui me notara extraña, pero era obvia y aunque fruncía el ceño en algunas escenas que no entendía, otras eran muy claras, más que claras;
—¿Buscabas encontrar placer con esto? —Pregunté después de un momento.
—Los adquirí en Francia después de unas conferencias sobre educación sexual y erotismo, intentaba encontrar una respuesta a mi problema y aunque las imágenes que nos mostraron eran a través de un proyector en una gran pantalla, también nos orientaron a cómo se podían tener acceso a ellas si se deseaba tener una colección privada, en mi caso yo preferí replicas de originales. Son basadas en el siglo XVIII pero son copias hechas en la mitad del siglo XIX.
—¡Igual son una antigüedad! —No podía creer que esos panfletos eran auténticos.
Sí.
—Pero según tú… —comencé de decir apenada—. ¿Tampoco esto?
—Las compré para nada y han estado guardadas, pero no quise que casualmente algún día las encontraras y pensaras que te había mentido, quise ser honesto y mostrártelas.
Lo miré sonriendo y le di un sonado beso en la mejilla, me sentía muy orgullosa de él. En mis clases de historia había visto algunas escenas así pero no tan al extremo, los panfletos de Loui los superaban exageradamente, eran muy explícitos. Parejas de amantes teniendo relaciones abiertamente y sin pudor en algunos jardines, ella tocando el miembro erecto de él y él a su vez tocándola a ella, otros dibujos eran peor, se miraba claramente el sexo oral y en grupos, eso si me pareció grotesco. Otra escena, era de ella con sus pechos y trasero expuestos apoyada en un piano con la piernas abiertas mientras él la acariciaba y buscaba penetrarla, en otra, estaba una pareja en un sofá ella también de piernas abiertas de espaldas a él y mientras ella tocaba la erección de él masturbándolo, él hacía lo mismo con ella. Los dibujos no mostraban a las parejas completamente desnudas pero sí sus partes íntimas, era una muestra de lo que fueron los relatos eróticos en el siglo XVIII pero en lo personal me excitaron y teniendo a Loui tan cerca, hablándome en su perfecto francés para traducirme algunas cosas, quise recrear algunas de las benditas escenas. Su acento me hacía tragar en seco y saborearme;
—No los necesité antes y menos ahora —dijo sacándome de mis pecaminosos pensamientos y rompiendo uno de ellos.
—¡¿Qué haces?! —Pregunté sorprendida.
—Voy a deshacerme de ellos —contestó mirándome desconcertado.
—¡No! —Insistí.
Loui me miró sin poder creerlo;
—¿Por qué no?
—¿Y lo preguntas? Son una antigüedad.
—¿Y?
—¿Cómo que y? No los rompas, si quieres véndelos, dónalos o lo que sea, pero no los rompas.
Me miró muy sonriente levantando una ceja;
—¿Te gustan?
—No se trata de eso —contesté disimulando—. Como sea son antigüedades y valen mucho, no sólo económicamente sino por lo que son.
—¿Segura? —Insistió acercándose a mí y haciendo que me acostara en la alfombra.
Piensa lo que quieras —conteste evitando el nerviosismo—. Está bien, si te apetece rómpelos, no me importa.
—Eres especialista en arte… —continuó mientras sutilmente se colocaba encima de mí y comenzaba a levantar mi pierna sintiendo las medias que lo volvían loco—. Y como buena profesional, eres conocedora y te duele que algo le pase a una antigüedad, en este caso, a algo tan simple como lo son estos papeles.
“Al menos rompió la escena de la orgía” —pensé aliviada.
—Por lo menos rompiste la escena de una orgía, no se perdió gran cosa —dije mostrándome desinteresada. Él sonrió.
—Tienes razón, soy un niño malo y no me gusta compartir lo mío.
—Igual yo, soy muy egoísta y lo mío es mío y de nadie más.
Me besó con fuerza, su lengua jugaba con la mía y su pulgar ya acariciaba en círculos mi monte Venus a través del panty;
—Loui, ¿Qué haces? —Pregunté ante la sacudida que me provocó.
—Cumpliendo otra fantasía. Desde que te conocí, quise hacerte el amor aquí.
Sabía que me iba a decir eso y la idea me gustó, pero como ya me sentía extremadamente excitada quise hacerlo a mi manera;
—¿De verdad?
—Aja… —musitó mientras besaba mi cuello.
—En ese caso lo haremos a mi manera —le dije sujetándolo y llevándolo a uno de sus muebles antiguos. Lo senté en un sofá, íbamos a recrear una de las escenas.
—Amor mío, ¿Qué haces? —Preguntó encontrando la respiración.
—Vamos a jugar —contesté mientras me hincaba en medio de sus piernas y comenzaba a liberar su erección ante su mirada de desconcierto—. Madame Waldemberg quiere que su precioso y perfecto amante la haga vibrar y la lleve al límite del cielo.
Su mirada deseosa se oscureció de nuevo en señal de complacencia y mientras yo comenzaba a saborearme, él se inclinó a mí para buscar mi boca y a la vez abrazarme y abrir el cierre de mi vestido;
Mon amour, mon grand amour —susurró cálidamente en mi oído a la vez que acariciaba y besaba la piel de mis hombros. Sentí derretirme ante él—. Prometo llevarte más allá de eso, hasta el infinito, el universo es sólo nuestro.
—¿Comenzamos? —dije mientras deseosa lo reclinaba de nuevo en el sofá e introducía en mi boca el objeto de mi deseo.
*****

lunes, 24 de febrero de 2014

Para terminar el mes del amor y la amistad...


El 14 de Febrero el libro 2 de "El Príncipe de Bórdovar" estuvo a mitad de precio pero en mi ignorancia no me di cuenta que el mercado al que llegaba era sólo amazon.com así que celebrando la publicación de su continuación para que nadie se quede sin leer este "extenso prólogo" y pasar a la siguiente entrega, como regalo a las lectoras que me han seguido con la primera parte, el libro 2 estará ¡¡¡¡GRATIS!!!! este 28 de Febrero, así que anótalo y no te pierdas la descarga.
Sigue el link: aquí
Recuerda será el 28 de Febrero.
Gracias a los contactos por sus mensajes alentadores y sus muestras de cariño, eso me impulsa a seguir más firmemente y en agradecimiento les dejo esta promoción, esta es mi manera de decir ¡¡¡¡GRACIAS!!!! ♥

 "Revelación, confesión, perdón, amor, pasión…
Un íntimo compromiso, una boda secreta, una entrega total, un enfrentamiento, una nueva vida, una boda real, una soñada luna de miel, una coronación y la feliz noticia de la espera…
Cuando creían que todo había terminado, el mal surge clamando venganza."


viernes, 21 de febrero de 2014

Mi sueño, mi fantasía. (Fragmento del capítulo 4 Nieblas del Pasado 1)


Como un regalito debido a la publicación les comparto este fragmento, es sólo una muestra de lo encontrarán en este libro:


“Mientras estaba sentada en el tocador peinando mi cabello, se acercó a mí lentamente curvando sutilmente sus labios para acariciar mis hombros, el sentir sus dedos jugando al roce en mi cuello hacía que mi piel respondiera inmediatamente y se estremeciera completamente;
—Loui mi amor te extrañé mucho —le dije mientras me ponía de pie y lo envolvía en mis brazos.
—Yo también. —Me estrechó con fuerza—. Este tiempo sin ti ha sido insoportable, extrañaba mucho esto, sentirte así, el calor de tu piel estremecida, tan cerca, tan mía.
—Así es mi amor, sólo tuya.
—Constanza te necesito —susurró en mi oído—. Te deseo.
—Yo también. —Acaricié su rostro.
Un tierno beso nos unió con delicadeza, estábamos sedientos y ansiosos, la fuerza del encuentro se volvió pasional, sus brazos me rodearon con fuerza aferrándome a él como si deseara que entrara en su piel, la fuerza de sus besos también querían beberme, todo mi ser le pertenecía a través de ese beso con el que me estaba entregando y con el que él también se entregaba, perteneciéndome por entero. Me tomó en sus brazos y me llevó a la cama, sus manos recorrían mi cuerpo mientras yo quitaba la bata de su pijama y descubría su deseable pecho y su espalda, sus besos en mi cuello al mismo tiempo que descubría mi hombro quitando los tirantes de mi camisón, me estaban excitando sin control, la fuerza de su mano sujetando mi pierna y abriéndose paso hacia mí, me estaba haciendo perder los sentidos;
—El aroma de tu piel me embriaga —decía en el éxtasis haciéndome sentir su erección.
—Y el sabor pasional de tus besos me hacen perder los sentidos. —Jadeaba y besaba su pecho.
—Me encanta verte excitada —decía muy sonriente—. El saber que tu piel se estremece sólo por mí y para mí, me hace desearte con locura y desesperación.
—Sabes que eres el único hombre para mí —traté de encontrar la respiración—. Sólo tú eres el dueño de todo mi ser, yo te pertenezco desde la primera vez que te vi.
Me besó apasionadamente y con fuerza mientras sus manos acariciaban mis pechos y reclamaban con fuerza mis piernas para él;
—Eres realmente bella Constanza. —Besaba mi cuello a la vez que descubría mis pechos con su mano—. Estos años te han hecho más mujer, siento que te amo con locura y nada en mí es suficiente para amarte.
—Y tú sigues siendo el hombre más hermoso, estoy tan enamorada de ti como el primer día, mi voluntad te pertenece, nunca me saciaré de ti y nunca podré resistirme a ti.
Con su mano, sacó una suave pluma de la almohada con la cual acarició mis labios, no puedo describir el cosquilleo que sentí pero mi cuerpo reaccionó salvaje al deseo y ya no pude resistir la excitación, lo empujé fuertemente haciendo que se acostara en la cama y sentándome yo encima de él a horcajadas para sentir aún más y plenamente su erección. Asalté su boca con desesperación y liberé su miembro que era solo mío, lo necesitaba, necesitaba explotar, necesitaba ese orgasmo y lo necesitaba ya;
—Constanza amor mío me sorprendes. —Estaba excitadamente feliz—. Tu reacción me ha…
—Tú tienes la culpa. —Lo observé oscuramente con lujuria haciendo que sus manos recorrieran mi cuerpo—. No sé qué hiciste pero ya no puedo más, te deseo dentro de mí, basta de juegos, tócame, bésame, quiero que hagamos el amor, ahora.
La expresión de su cara se tornó placentera y sus ojos brillaban, una pícara sonrisa en sus labios me decía que estaba dispuesto a complacer mi exigencia, recorrí con mi mano su rostro y su boca y él cerró por un momento sus ojos para sentir esa sensación de placer que le producían mis caricias. Su hermoso pecho era un terreno deseable y perfectamente esculpido el cual me incitó a besarlo, bajé mi cabeza y comencé a darle suaves y cortos besos, no podía evitarlo y esa ternura con la que lo hice controló mi excitación por un momento. Sus manos acariciaban mi cabello para descubrir mi rostro y observarme, con ternura lo levantó y lo atrajo al suyo para besarme, me rodeó con sus fuertes brazos para sentir mi cuerpo en el suyo y mientras nos besábamos, me acostó de nuevo en la cama quedando él encima de mí;
—Loui ya no me tortures. —Le supliqué.
—¿Lo deseas? —preguntó muy sonriente y satisfecho de su dominio.
—Sí, lo deseo todo, te deseo a ti, te deseo dentro de mí…
—¿Quieres que te penetre ya? —insistió en su juego.
—Sí… —Rogaba por más—. Por favor hazme tuya, hazme el amor.
Me besó con fuerza hasta perder la respiración, al mismo tiempo que comenzaba a sentir su penetración;
—Constanza, Constanza… —susurraba en mi oído mientras yo comenzaba a jadear—. Eres mía, sólo mía, mi Constanza…
—Sí… —gemía en el éxtasis—. Así es, tuya, sólo tuya…”
*****