martes, 28 de julio de 2015

¿Por qué Ocaso y Amanecer es una obra de fantasía y romance? parte 2

Una de las cosas que quise dejar clara en mi obra es la narración no sólo en primera persona sino a manera de diario ¿Cuantas chicas no llevaron diarios alguna vez? Si hasta la reina Victoria de Inglaterra escribió en uno. Un diario es una manera de desahogarse y plasmar sentimientos en el momento, algo que quede en memoria para la posteridad es por eso que en todo el libro se ven las cosas desde el punto de vista de la protagonista no sólo como primera persona sino como su sentir escrito. ¿Se entiende?
A partir del capítulo IV la historia ya comienza a tomar otro rumbo tanto para la protagonista como para el lector que desea conocer el romance del libro.


"Cuando ya había divisado el lugar para leer y comer, corrí hacía allá llena de emoción, pero repentinamente, un sujeto despistado y distraído por la lectura de su libro también, apareció de la nada detrás de unos arbustos e impacté con él cayéndole encima, lo que ocasionó que la canasta que llevaba se cayera derramando toda la fruta y la comida al suelo, —que tonta, sólo a mí se me ocurrió correr colina abajo—. El impacto nos hizo rodar juntos, haciendo que él terminara encima de mí con tal fuerza que lastimó mi pecho. Tal acercamiento con un desconocido me apenó demasiado;
—Señorita discúlpeme. —Sonaba apenado mientras me miraba fijamente—. ¿Se encuentra bien?
—No, lo sé… creo, que sí. —Respondí adolorida e hipnotizada por sus perfectos ojos azules.
—Permítame ayudarla —dijo mientras se levantaba.
Rápidamente, con mucha gentileza me ayudó a ponerme de pie, se sacudió la ropa y recogió mi cesta con todas las cosas que habían salido rodando. Mientras yo intentaba arreglarme un poco lo observé, era muy guapo, demasiado atractivo, indescriptible a primera vista. Tan perfecto que parecía mentira, era imposible, ¿Me habría golpeado la cabeza y estaba alucinando? No había visto a un hombre así ni siquiera en las revistas, aunque estuviera vestido con un traje de tres piezas igual al que usaba Beláv, sólo que a él, le sentaba mucho mejor. El color café claro del traje, la camisa blanca, el pantalón del mismo café y esas botas altas, negras y muy brillantes que junto a su cabello negro, piel blanca y sus ojos azules lo hacían tener una apariencia fina, intachable e imponente. Tragué en seco, mi piel se estremeció y mi corazón comenzó a latir más rápido."
En este primer encuentro con un desconocido Constanza describe lo que sintió al conocerlo y el impacto que causó en ella desde el primer momento, a partir de ahí conocerá más sus emociones y siente que su vida ya no será igual.

"Estando frente a frente con él, sentí como si de repente me hubiera encogido. Yo no era tan alta, pero él sí y eso me intimidaba. Su apariencia tan perfecta me estaba inquietando. Sin duda, su presencia me hacía sentir nerviosa y necesitaba disimularlo (…)
Creí que me besaría lo que hizo que su atrevimiento me ruborizara, pero en realidad, su intención fue quitarme con su mano unas pequeñas hojas secas que tenía en el cabello. La verdad, sentí que por alguna razón la temperatura de mi cuerpo subió. ¡Qué calor la que sentía! ¿Era normal? Creo que no (…)
—Tiene razón y reconozco mi culpa. —Utilizando mi abanico para refrescarme un poco traté de disimular—. Qué bueno que todavía existan los caballeros y debo decirle, que también es la primera persona con la que estoy platicando amigablemente por más de veinte minutos desde que llegué a este lugar. Bueno, tal vez la segunda persona.
—¿No han sido muy amables con usted entonces?
—Sí, no me quejo de las atenciones que he recibido. Todos se han portado bien, pero la rigidez del protocolo del castillo no permite a las personas interactuar y eso hace el ambiente hostil.
—Y a usted… —Continuó un tanto tímido—, le gusta ser social ¿Verdad?
—Un poco también. Creo que a nadie le gusta hablar solo, al menos a mí no me gusta hablar conmigo misma, siempre termino peleando.
Mi comentario lo había hecho sonreír y estaba sintiendo que esa sonrisa estaba comenzando a dominarme (…)
En el camino de regreso, no dejaba de pensar en la excitación que había sentido en las últimas horas. ¿Quién era este Adonis griego perfectamente esculpido? —Me pregunté al momento. Era guapísimo. No podía evitar ruborizarme cuando recordaba el haber chocado con él, era la primera vez que había estado de esa manera en los brazos de un desconocido y cuando se acercó a mí para quitar las hojas de mi cabello, una extraña sensación recorrió mi cuerpo y esa cercanía me dio sensaciones que… No sabía que podía sentirlas. Mi cuerpo había reaccionado de una manera que no conocía y sentí que todos mis músculos, —aún de los que no tenía conocimiento—, se habían activado al sentirlo tan cerca. ¡Dios que mirada tan intensa! Nunca olvidaré la belleza de sus ojos, había encendido mi ser como nunca antes alguien lo había hecho, eran del más perfecto azul cristalino que haya visto. No podía describir lo que me había hecho sentir cuando tomó mi mano; era suave, fina, fuerte y muy varonil. —“Obvio” —pensé, si a kilómetros se podía ver que era un hombre completo, muy completo, que todo lo tenía en su lugar y donde perfectamente todo, correspondía estar. Alto, de anchos hombros y fuerte pecho, a donde mi estatura llega precisamente, exactamente a su pecho. De piel blanca como el nácar y suave como la seda, labios perfectamente delineados y con el tono rosa muy bien definido, carnosos y deseables como para… Sin duda, era un muñeco bien hecho. Su contacto con mi piel, fue como si una corriente eléctrica me hubiera encendido algo que había permanecido tranquilo en mí hasta ese momento y en lo cual no me había permitido pensar, pero me había gustado mucho que lo hiciera. Al sentir su piel, una sensación de placer y curiosidad en mí había despertado y la temperatura de mi cuerpo, comenzaba a elevarse haciendo que sintiera más calor, del que ya estaba haciendo. Loui era un hombre único que estaba bien para mi gusto, muy bien pensándolo mejor, re-bien si me detenía a pensar sólo en él, excelentemente bien si comenzaba a maquinar y hacer que mis pensamientos se tornaran oscuros y tomaran otro rumbo. Un ejemplar como pocos, que parecía un sueño debido a su perfección. Muy, pero muy guapo y bastante atractivo físicamente, con un cuerpo muy bien formado, de cabello negro, largo a su cuello y esos hermosos ojos del más perfecto azul que había visto, me tenían completamente embobada. Su cálida piel de porcelana me hacía saborear y morderme el labio con sólo recordarlo. ¡Dios recordar sus labios! Mostraban una belleza y una suavidad tan tentadora que incitaban a… No había visto labios tan perfectos como para… Oh… Su sonrisa. ¡Dios! Sentía que mi corazón latía descontroladamente, como si fuera un caballo salvaje y desbocado y el aire de mi abanico ya no era suficiente para refrescarme. No podría terminar de describir su belleza física, él era un hombre que realmente inspiraba todo. Absolutamente todo. Nunca había sentido algo así por un… Hombre y estaba comenzando a creer y a sentir que no era apropiado, su manera de ser era algo desconcertante y creo que eso me empezaba a atraer de él. Había conocido a alguien diferente en aquel lugar, alguien que me haría olvidar al príncipe por un momento y me ayudaría a disfrutar mi tiempo. Tanto me hizo distraerme, que me olvidé por completo del pañuelo que llevaba en la cabeza, lo había perdido y seguramente fue durante la caída con él en el parque, por lo que ya no tenía caso lamentarme. En cuanto llegué, le dije a Gertrudis que me consiguiera un jarrón con agua para las flores y colocarlas en mi tocador. Quería contemplarlas y recordarlo a él, cuando estuviera frente al espejo.
(…) esa noche me acosté plácidamente y la imagen de Loui jugaba en mi mente. ¿Ese hombre es de verdad? —Era la pregunta que me hacía. Era un extraño y me inquietaba, pero me había gustado mucho conocerlo y sentía que mi estadía en el pueblo había sido maravillosa ese día. El saber que volvería a verlo hacía que sintiera una revolución en todo mi cuerpo, especialmente en mi estómago y un poco más abajo (…)
Él era bellísimo, incomparable, único y sentía que lo había conocido, justo a tiempo."
Terminando este capítulo Constanza no deja de pensar en él ni un minuto, se ve atrapada en su imagen y en lo perfecto que le pareció, su mente comienza a echar volar su imaginación y su cuerpo a reaccionar con sólo pensar en él. No sólo le parecía un hombre diferente a los que había conocido sino que lo considera “único” y el verse atrapada en lo que él comienza a representar para ella hace que poco a poco sucumba a la reacción de su cuerpo y mente.



"—Este lugar está bonito, ¿No nos quedaremos un rato?
—Soy tu guía, ¿Lo olvidas? —Tomando mi mano la besó y me miró fijamente—. Voy a enseñarte un lugar mejor que este.
“Me va a dar algo” —pensé—. “Esto de los besos en la mano me estaba gustando, era un gesto muy galante y viniendo de él, me estaba provocando sensaciones indescriptibles.”
Constanza comienza a sentirse muy bien debido al trato caballeroso que él le da, eso la halaga aunque sabe que es el acercamiento con él lo que puede aturdirla.


"Bajó de su caballo y enseguida me ayudó a desmontar a mí también. El montar de lado para mí era incómodo y al momento de bajarme, el pie izquierdo se me atoró en el estribo, si él no hubiera estado listo a sujetarme me hubiera caído, —sólo esperaba que él no creyera que lo había hecho de manera intencional, me daba vergüenza—. En ese momento, cuando me tomó en sus brazos y quedamos lo más cerca posible cara a cara, sentí una emoción tremenda; mi cuerpo comenzó a temblar y mi piel reaccionó con múltiples sensaciones sintiendo calor y frío a la vez. Sentía ese cosquilleo en el estómago y la tensión muscular, se había enfocado en un solo lugar. De haber estado enamorados, ese hubiera sido el momento perfecto para un primer beso, porque nuestras narices quedaron a escasos centímetros;
—Tus labios, huelen a cerezas. —Susurró suavemente.
 En ese momento, sentí que mi cerebro dejó de funcionar y el corazón deseaba salirse de mi pecho. Seguramente, escuchó mis exagerados latidos, me puse muy nerviosa y lo único que se me ocurrió fue bajar la cabeza. Estaba muy ruborizada;
—Es un brillo hidratante. —Me limité a decir cuando reaccioné, tocándome los labios con la punta de mis dedos.
 Sentía demasiada pena como para seguir mirándolo a los ojos. Esos hermosos y penetrantes ojos de un azul perfecto, que por un instante, casi hacen que me derrita en sus fuertes brazos. Sólo sus ojos, eran un lenguaje increíble. Sin duda, una poderosa carta de presentación.
Él sonrió, seguidamente nos separamos y la timidez nos abarcó por un momento. Se retiró para amarrar a los caballos y yo, con la canasta en mano caminé para buscar el lugar perfecto donde sentarnos. La vista de ese lugar era hermosa, verdes campos por todas partes, se veía el arroyo y un enorme río que pasaba más largo;
—Cuidado te enamoras. —Susurró nuevamente con suavidad, acercándose a mi oído con una ligera sonrisa, cuando me escuchó suspirar.
—¿Qué? —Pregunté asustada dando un brinco, tartamudeando y aturdida—. No, no, no… ¿De qué?"
A su manera Loui quiere darse cuenta que él no es indiferente para ella, se muestra amigable pero a la vez cae en el juego de seducir a su modo sabiendo que con sólo respirar esa mujer ya tiembla por él y su insistencia por comprobar las cosas poco a poco lo lleva a ir más allá.


"Cuando ya habíamos terminado de comer y se adentraba la tarde, con el último sorbo del vino Loui me propuso un brindis;
—¿Por qué brindamos?
—Por nosotros. —Me contestó guiñándome un ojo y mostrando su bella sonrisa que iluminaba más mi día—. Por habernos conocido y por la amistad que está naciendo. Porque dure mucho tiempo.
—Porque la amistad dure mucho tiempo. —Repetí muy feliz y ruborizada.
—Entonces, salud.
—Salud.
 Nos miramos fijamente y sentimos que las palabras sobraban en ese momento. Sólo nuestros pensamientos, sabían cómo hacer volar nuestras mentes a un mundo sólo para los dos y creo que ambos deseábamos saber lo que pensábamos el uno del otro, escudriñando hasta lo más profundo de nuestro ser."
El haberse conocido fue un cambio radical para ambos y aunque comenzaban a conocerse y a construir una amistad la atracción —al menos física— pesaba más. Constanza se desconocía a sí misma y a las reacciones de su cuerpo, él comenzaba a ocupar toda su mente y sensaciones.



"Al observarlo venir con los caballos, se reflejó en él un rayo de sol, tenía un porte muy aristocrático que lo hacía ver irresistiblemente bello, con su camisa blanca de cuello alto y escote pronunciado, que le dejaba ver parte de sus minúsculos vellos en su pecho perfectamente esculpido. Se podía notar una personalidad que lo dejaba ver agresivo e imponente, con esa capa marrón que le ondeaba con el viento y le dejaba ver los vuelos de las mangas de su camisa. Su pantalón color beige, le ceñía la forma de sus gruesas piernas y esas botas negras, altas y brillantes le realzaban el porte y la presencia y —junto con la fusta en su mano—, me hacía verlo como el imponente amo de todo. Me pareció tan gallardo y varonil, que parecía haber salido de una pintura de finales del siglo XVIII o principios del XIX. —“Mi Darcy personal” —pensé suspirando y asociándolo inmediatamente, con mi galán literario preferido. Eso hacía que mi mente volara y ya no supiera que pensar. Me sentía en una completa fantasía y más, estando junto a él (…)"
Constanza empieza a fantasear aunque lo haga de manera infantil y eso la desconcierta más, con cada pensamiento ella lo describe a su modo, en vez de ver defectos no le encuentra ninguno, al contrario, cada vez le parece más perfecto.


"—¿Podemos vernos mañana otra vez? —Preguntó suavemente tomando mi mano de nuevo.
¡Ay Dios! Sentía que las piernas ya no me querían responder y esa bendita corriente eléctrica que me recorría hirviendo en el cuerpo, hacía bombear con fuerza mi corazón. El caballo salvaje, quería salir corriendo desbocado otra vez (…)
¿Por qué quería verlo otra vez? ¿Qué me estaba pasando? (…)"
En este capítulo V Constanza lo conoció mejor y por eso ya no sabe lo que su mente y corazón puedan hacer. Pensar más en él le preocupa porque sabe el giro del asunto e intenta resistirse.


Estos fragmentos son del capítulo IV y V algo de amistad que se va a convertir en algo más a medida que se tratan, Constanza cree que puede con el asunto aunque no deje de pensar en él (pero como mujer sabe lo que eso significa) y él intenta llevar las cosas a otro nivel sólo para probarla, escenas que veremos en la siguiente parte.

Muy agradecida con la persona o personas que se encargaron de subir algunos fragmentos del príncipe en este sitio me halaga la persona que se tomó el tiempo para leer y escoger sus frases favoritas del primer libro.