Con mucho agrado les comparto esta noticia, "El Príncipe de Bórdovar" ha recibido una edición especial dedicada a jovencitas adolescentes, soñadoras y románticas, esto quiere decir que puede ser leído por niñas a partir de los 12 y 13 años porque se han suprimido las escenas sensuales del libro dejándolo netamente romántico. Nota la portada y el sello que indica que es apto para todo público (sólo esta versión es así, cuidado con confundir)
¿Eres mamá? ¿tía? ¿abuela? ¿Quieres iniciar a tus niñas en la lectura de un bonito romance ficticio? Esta es tu oportunidad, la primera parte del libro saldrá a la venta el 1 de Febrero y seguidamente (antes del 14) saldrá la segunda parte, el libro completo estará sólo en papel.
¿Te animas a darle una oportunidad?
Gracias por compartir la noticia.
jueves, 21 de enero de 2016
miércoles, 6 de enero de 2016
Un cumpleañero en día de reyes.
Con tantas cosas en mi cabeza hasta a mí misma se me estaba pasando y es que no recordaba que esta escena está en "Nieblas del Pasado 3" o sea en el quinto libro de la saga que sólo está en papel, así que vengo a compartirles de lo que se trata y es nada más y nada menos que el cumpleaños de Leopoldo, el padre de nuestro actual rey.
¿Me acompañan en la escena?
Para el 6 de Enero desde temprano los regalos y felicitaciones por parte de los nobles, consejo y ministros para el príncipe no se hicieron esperar, se celebraba su vigésimo tercer cumpleaños y último como príncipe ya que a esa edad y por designios de Dios un joven rey se sentaría en el trono. Ese día pude tenerlo para mí hasta el ocaso debido a múltiples ocupaciones que tuvo pero no por eso evité felicitarlo desde el amanecer y darle su primer regalo del día, era algo más lujoso que el reloj que le había dado en navidad, era un anillo, un anillo de oro puro con la cabeza de un león tallada que en su interior tenía la siguiente inscripción: “Con amor para el rey Leopoldo de su Leonor” algo que lo emocionó mucho y sin dudarlo me hizo ponérselo aunque me desilusioné al ver que no le había atinado a la talla, al menos le quedó en el meñique y aunque yo resoplara e hiciera pucheros él me hizo sentir bien diciéndome que la intención era suficiente, que era un maravilloso regalo y que no se lo iba a quitar y comiéndome los labios a besos debido a mi puchero que lo había conquistado más me quitó mi enojo, ¿besándome me iba a quitar mis pucheros? Pues iba a hacerlo muy pero muy seguido entonces, me encantó la sensación, besó el anillo en su dedo y yo besé el mío, algo del uno estaba con el otro. Su ausencia de ese día me sirvió para ordenar en la cocina una cena especial para él y mi querida Tita se lució como chef ante la mirada atónita de las sirvientas, quise que se le hiciera el lomo horneado con papas en finas hierbas que tanto le gustaba, yo le ayudé porque también me defendía en la cocina y más cuando se trataba de él y juntas también le hicimos una deliciosa tarta de frambuesas y vainilla en baño de chocolate, era una delicia de postre que Tita hacía a la perfección y sabía que a él le iba a encantar.
Y lo hizo feliz.
¿Me acompañan en la escena?
Para el 6 de Enero desde temprano los regalos y felicitaciones por parte de los nobles, consejo y ministros para el príncipe no se hicieron esperar, se celebraba su vigésimo tercer cumpleaños y último como príncipe ya que a esa edad y por designios de Dios un joven rey se sentaría en el trono. Ese día pude tenerlo para mí hasta el ocaso debido a múltiples ocupaciones que tuvo pero no por eso evité felicitarlo desde el amanecer y darle su primer regalo del día, era algo más lujoso que el reloj que le había dado en navidad, era un anillo, un anillo de oro puro con la cabeza de un león tallada que en su interior tenía la siguiente inscripción: “Con amor para el rey Leopoldo de su Leonor” algo que lo emocionó mucho y sin dudarlo me hizo ponérselo aunque me desilusioné al ver que no le había atinado a la talla, al menos le quedó en el meñique y aunque yo resoplara e hiciera pucheros él me hizo sentir bien diciéndome que la intención era suficiente, que era un maravilloso regalo y que no se lo iba a quitar y comiéndome los labios a besos debido a mi puchero que lo había conquistado más me quitó mi enojo, ¿besándome me iba a quitar mis pucheros? Pues iba a hacerlo muy pero muy seguido entonces, me encantó la sensación, besó el anillo en su dedo y yo besé el mío, algo del uno estaba con el otro. Su ausencia de ese día me sirvió para ordenar en la cocina una cena especial para él y mi querida Tita se lució como chef ante la mirada atónita de las sirvientas, quise que se le hiciera el lomo horneado con papas en finas hierbas que tanto le gustaba, yo le ayudé porque también me defendía en la cocina y más cuando se trataba de él y juntas también le hicimos una deliciosa tarta de frambuesas y vainilla en baño de chocolate, era una delicia de postre que Tita hacía a la perfección y sabía que a él le iba a encantar.
Y lo hizo feliz.
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