En una fecha como hoy nace el llamado "Príncipe de Bórdovar" (todavía no puedo revelar su nombre completo) un hombre que portó el peso de una corona desde que nació para llevar las riendas de su reino llegado el momento.
Recordemos este fragmento de la segunda parte de "El Príncipe de Bórdovar"
—Yo sé que su alteza me pidió no decir nada —dijo
Randolph—, pero es un día muy especial no sólo por el compromiso del príncipe,
sino por otro motivo muy importante de celebración que tampoco puede pasar por
alto ya que es un acontecimiento que a todos nos llena de júbilo también y que
mejor momento que este para hacerlo saber. Hoy ha sido el día más feliz para su
alteza y creo que ha sido el mejor regalo que ha deseado y que ha podido
recibir, pido que levantemos nuestras copas por este inolvidable día porque por
segunda vez el príncipe de Bórdovar ha vuelto a nacer, gracias le doy a Dios
por un año más de vida de su alteza, hoy es el vigésimo octavo cumpleaños del
príncipe ¡Salud!
—¡Salud! —Exclamamos todos y principalmente yo, ya que
no cabía en mi asombro y la noticia me sorprendió mucho—. ¡Larga vida al
príncipe de Bórdovar!
Randolph como todos los presentes, felicitaron a Loui
por tan importante fecha en la historia del reino; su nacimiento. Loui no podía
ocultar el sentirse apenado, el príncipe celebraba sus veintiocho años de vida;
—¿Mi amor por qué no me lo dijiste? —Le pregunté—.
Este día es tu cumpleaños y merecías un festejo mayor.
—No es tan importante, mi principal motivo de
celebración eres tú, es nuestro compromiso, lo que significa, eso lo es todo
para mí.
—Pero mi amor, este día es muy importante, se celebra
tu nacimiento, el momento más especial para tus padres y en especial para tu
madre, que estoy segura fue la mujer más feliz al tenerte, lo cual yo agradezco
profundamente porque el hombre más bello y especial sobre la tierra nació para
mí. ¿Sabes a qué hora naciste?
—Amor mío —sonrió y besó mi mano—, gracias por tus
palabras, la verdad no estoy muy seguro pero creo que fue al amanecer, mi pobre
madre había tenido dos días de labor de parto ya que yo no estaba cooperando y
al parecer, no quería nacer. Pero este día soy inmensamente feliz porque tú me
has aceptado, porque después de mucho tiempo al fin un cumpleaños tiene sentido
para mí.
—Mi amor pero me hubiera gustado darte un regalo.
—Mi mejor regalo eres tú —dijo estrechándome de nuevo
en sus brazos y susurrándome al oído—. Además ya pronto me lo darás, pronto
estaremos juntos y serás mía para siempre, tú has sido el regalo que siempre
quise.
Nos besamos con tanta ternura como es obvio en
una pareja de enamorados que se aman, Loui siempre tenía las palabras para
hacerme estremecer y eso hacía que cada día estuviera más loca por él, el
pensar que era su cumpleaños me llenaba de alegría (...)
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