sábado, 27 de noviembre de 2021

Diez años ya


¡Feliz décimo aniversario a la saga Ocaso y Amanecer! 

Parece que fue ayer que la idea surgió, que empezó a tomar forma, que una tímida novata se aventuró a escribir sin imaginar lo bueno y lo malo que encontraría en su camino. Los pros y contras, la ilusión y las metidas de pata, la esperanza como también la decepción, las alegrías y tristezas que esto le acarrearía, sin imaginar hacer nuevas amigas como también enemigas, sin imaginar que, junto con el apoyo de un sector, llegaría también la indiferencia, la envidia e hipocresía de otro. Así es esta carrera, así es el precio a pagar por seguir un sueño, el sueño de publicar que se paga con sacrificio, con hambre, con desvelos, con penas y alegrías, con gente que llega y también que se van, de momentos de algarabía y también de soledad. Así es, esa ha sido mi experiencia al publicar y a pesar de todo, no me arrepiento de nada ni cambiaría nada, salvo mi inmadurez y confianza del principio, pero esto no ha acabado, aún hay libros que deben ver la luz, aún la historia (que yo le di fin hace tiempo) tiene mucho que contar y volver a ella es algo que me place mucho. 

Cómo nació es algo que ya saben, a través de un sueño la mañana del sábado 26 de Noviembre del 2011, esto es algo que lo he dicho muchas veces y también descrito. A partir de ese día no imaginé el cambio que mi monótona vida tendría y dejé a un lado lo que había venido escribiendo como desahogo (autobiografías) y por primera vez me enfoqué y aventuré a escribir un género que dada mi experiencia personal jamás imaginé que escribiría; romance. ¿Qué me hizo hacerlo? La imagen masculina de ese sueño y después, el modelo real, así de simple. Esto me costó el repudio de quienes me conocían y el abandono de algunas personas que no quisieron apoyarme en esta nueva etapa, una etapa que para mí fue como salir a flote después de vivir ahogándome entre el hastío personal, las decepciones de quienes me rodeaban y la injusticia de un despido laboral injustificado de una institución en la que trabajé por años y que no vale la pena mencionar. Venía yo de un 2010 muy duro y de un 2011 que también me golpeó. ¿Debía acabarlo mal? No era justo y al menos esa pequeña luz llegó, dándome la determinación de cambiar, de decidir lo que más me importaba y de seguir un sueño y una carrera, por un sendero que como dije, me hizo rodearme de buenas personas y también de hipócritas que con el tiempo terminaron sacando las uñas, como también el deseo de sacarme a mí de esta carrera, una que desde entonces he debido transitar a pesar de la indiferencia y de la envidia. Lo que soy, mis logros como autora y mis letras es algo que nadie me podrá quitar. Así como el músico ama cantar, llevar la melodía en la mente, alma y corazón y tocar un instrumento al que le dedica la vida, de igual forma somos los escritores, nuestra creatividad es inagotable, nuestro gusto es plasmar eso que deseamos compartir y llegar a cuanto lector se pueda. La escritura es una vida, una vida que la multiplicas por mil en los libros y por ende, no nos conformamos con la que nos tocó sino que creamos otras. Esas que son nuestros escapes de la realidad. 

Ocaso y Amanecer fueron mis primeros libros de ahí que "El Príncipe de Bórdovar" sea algo que esté bien clavado en mi corazón, fue mi primer hijo literario, mi primogénito y por eso lo amo y es especial. Si aún no conoces la historia te animo a hacerlo, es una obra diferente y original que se sale de los típicos clichés. Te invito a seguirme acompañando por este arduo camino y que, así como yo he disfrutado escribir, tú disfrutes leer y sientas esta historia tuya como lo es mía. Modestia aparte, me siento muy orgullosa de mis bebés literarios y de los hermanitos que llegarán. ¿Le das una oportunidad? Yo espero que sí, yo aún espero que todo lo vivido valga la pena.


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