viernes, 4 de octubre de 2013

Sinopsis y Prólogo "El Príncipe de Bórdovar" Primera Parte



Sinopsis
Constanza Norman es una tutora de veinticinco años especializada en artes. Su vida normal se ve alterada, cuando recibe una extraña invitación para viajar a un lugar desconocido y aceptar una reto; convertirse en la persona ideal para ayudar a Ludwig Waldemberg, príncipe de Bórdovar a llegar al trono, cumpliendo con dos requisitos impuestos por el rey en su lecho de muerte, los que tienen un determinado plazo y a los cuales el príncipe no les da importancia siendo totalmente indiferente, dejando la posibilidad que su tío Rodolfo, duque de Kronguel sediento de poder y segundo en la línea de sucesión, acceda a un trono que no le pertenece.

Como ermitaño y prisionero de sus circunstancias, el príncipe solo permite la compañía de su mayordomo y de su perro, pero la llegada de Constanza pone su mundo de cabeza cuando él se rehúsa a conocerla y ésta, intrigada por la curiosidad desobedece una orden desatando un evento desafortunado, haciendo que él tome una decisión y cambiando el rumbo de su vida.

Desde el principio, sus caminos se cruzan indirectamente sin conocerse y sus vidas, se ven ligadas en ciertos aspectos y mientras el príncipe decide irse de viaje apartándose de ella, en ese lapso de tiempo durante una visita al pueblo Constanza conoce a Loui, un hombre sumamente atractivo que la hace sentirse atraída por la belleza masculina que representa, haciendo que por momentos olvide los motivos que la llevaron a Bórdovar. Aceptando su amistad desde el primer momento, se da cuenta que se ha enamorado de un desconocido ocultando sus sentimientos y mientras su amistad va madurando, Loui ve amenazado un secreto que guarda y el cual no puede confesar, haciéndolo caer en la confusión y en la desesperación.

Dos días antes del regreso del príncipe, el sombrío duque llega a Bórdovar para evitar que ella sea una influencia para el heredero. Al sentir amenazados sus planes, decide quitar a Constanza de en medio y aprovechando los sentimientos que ella ha despertado en su médico privado Jonathan que lo acompaña, durante una cena decide tramar un plan. 

Loui ve a Jonathan como un posible rival y arriesgándolo todo, da inicio a un fuerte romance con Constanza del cual ninguno de los dos puede escapar. A su regreso el príncipe ignora a su tío y sus deseos, lo que hace provocar y volcar la ira del duque hacia Constanza, quien se ve atrapada entre tres hombres que le han despertado una serie de sentimientos encontrados y haciendo temerle a un cuarto, que deseaba desaparecerla a cualquier precio.

Entre la pasión y los celos de Loui, las tiernas confesiones de amor de Jonathan, los caprichos y provocaciones del príncipe y el odio del duque, comienzan a desatarse una serie de sucesos en reacción en cadena que los envuelve a todos, haciendo que el futuro de un reino esté en juego. Romance, amor, pasión, deseo, intriga, tragedias y muerte envuelven la ahora excitante vida de Constanza, a quien lo inesperado hará cambiar su vida para siempre.

Prólogo
 

Alguien se aproximaba con paso decidido a una habitación.
Los toques en una puerta sonaron. Los ladridos de un perro se apresuraron a contestar.
—Adelante —dijo una voz grave mientras acariciaba al perro.
Un impecable y firme mayordomo hizo su entrada seriamente. Se inclinó haciendo la reverencia correspondiente y añadió:
—El barco está llegando su alteza. El cochero ya fue a buscarla.
El silencio abarcó por un momento. El hombre indiferente a las palabras seguía en su quehacer. Sentado en su escritorio, escribía en su diario con una fina pluma estilográfica de plata y oro. Sus suaves y finas manos, dibujaban en el papel una hermosa caligrafía.
—Que bueno. —Se limitó a contestar sin mostrar interés.
—¿Desea hacer algo en especial? —Preguntó el mayordomo.
—Nada —contestó secamente.
—Pero…
—Por ahora, no deseo hacer nada —dijo firmemente—. Déjame solo.
—Como usted quiera su alteza. —Respondió el triste mayordomo bajando la cabeza, inclinándose de nuevo y saliendo de la habitación.
Cerrando la puerta tras de él, en la mente y corazón del mayordomo la impotencia lo silenciaba. En su melancólica y solitaria vida solo una melodía lo acompañaba, la melodía que le recordaba lo que una vez amó. “Pavana para una infanta difunta” de Ravel era lo único que en su soledad musitaba, algo que lo hacía volver en el tiempo por un momento. A la época de su juventud, en la que había sido feliz.
Después de la visita del mayordomo, el príncipe no pudo seguir escribiendo. La “Gymnopedie No 1” de Satie sonaba para sí, demostrando su estado de ánimo. Colocó a un lado la pluma y se levantó en dirección a la ventana. Su porte era erguido y su paso firme. Colocó sus manos hacia atrás sujetándolas mientras observaba el horizonte. Respiraba suavemente tratando de contener el aire y soltándolo lentamente. Ya no estaba seguro, dudaba de su decisión. Por su mente pasaron muchas cosas y las bases de su tranquilidad comenzaban a sacudirse. Había sido indiferente a las mujeres y ella, no sería la privilegiada en captar su atención. No había sentido nada por ninguna y ella no sería la excepción. Era demasiado altivo y orgulloso. Y esa, era su decisión.
Ningún asunto de estado le había quitado la paz como ella. No la conocía, ni deseaba hacerlo. Por primera vez comenzó a cuestionarse, por primera vez comenzaba a sentirse nervioso. Por primera vez sentía una serie de extrañas y desconocidas emociones. Y por primera vez, comenzó a odiarse por eso.

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