—Me alegra que
me haya acompañado —le dije mientras le servía chocolate caliente.
—Como le dije el
honor es para mí —dijo un tanto extrañado.
—¿Qué pasa? —pregunté ante su gesto.
—Nada, nada, es
sólo que… —titubeaba—. Usted
es la reina y no permite que le sirvan, eso no lo había visto.
—Soy una persona
normal, aunque sea la reina no soy una inútil, me
gusta hacer las cosas por mí misma aunque a algunos no les guste, así soy y no
quiero cambiar.
—Es usted
admirable, la verdad no
me la imaginaba así.
—¿Y cómo me
imaginaba entonces? —le pregunté sonriente mientras me servía yo.
—No sé, como
todas las demás… cómo son todos los miembros de la realeza, tal vez un tanto
orgullosa, altiva… perdón si le molesta mi comentario.
—No se preocupe,
agradezco su sinceridad, yo no puedo ser así porque no nací en este ambiente,
cuando llegué aquí pensaba lo mismo que usted y tenía miedo, pero siempre me
mostré como soy sin importarme lo demás. Jamás imaginé que llegaría para
quedarme, me enamoré según yo de un hombre normal y encantador, pero resultó
después ser el mismo príncipe y al principio no sólo me sentí burlada y
molesta, sino también aterrorizada, lo amaba pero no imaginaba convertirme en
princesa y mucho menos en reina. Aún después de estos años sigo teniendo miedo,
no era el estilo de vida que quería, una persona me había dicho que el ser de
la realeza no era la gran cosa porque a pesar de tenerlo todo, también tiene
sus limitantes y tenía razón, gracias a Dios el rey es un hombre maravilloso y
me complace en casi todo y eso ha hecho mi estadía y mis responsabilidades más
llevaderas.
—Agradezco su
gentileza al decirme todo eso —dijo mientras
tomaba la taza entre sus manos—. Yo soy
un extraño aquí, más sin embargo usted siendo la máxima autoridad después del
rey, me trata como si fuéramos amigos que se conocen desde hace mucho tiempo y
eso me halaga profundamente.
—Doctor Valder…
—Por favor,
llámeme Víctor.
Sus cristalinos ojos me miraron fijamente por un
momento, era un hombre atractivo pero con una tristeza que no podía disimular;
—Está bien. —Sonreí tímidamente—. Víctor usted
me cayó muy bien desde que lo conocí y no es sólo por el aprecio que sentí por
su padre, puedo sentir que usted es una persona seria, honesta, responsable y
sé que no me equivoco. Seguramente usted tenía sus planes una vez que se
graduara y yo entorpecí su futuro al pedirle que se mudara a Bórdovar, le pido
que me perdone pero no podía confiarle a mis hijos a nadie más.
—Muchas gracias
por sus palabras majestad, es usted una
mujer extraordinaria si me permite decirlo y creo que tal vez tenga razón,
cuando uno recibe su título comienza a hacer castillos en el aire y la verdad
nunca me imaginé venir a este lugar y quedarme en el lugar de mi padre. Él era
un buen hombre y un excelente médico, es por eso que desde pequeño siempre
quise ser como él y eso era algo que lo hacía sentirse orgulloso de mí, él
también se expresaba muy bien de usted.
—¿Ah sí? —Pregunté mientras saboreaba el chocolate—. ¿Y qué le decía?
—Recuerdo que hace
unos años atrás, me escribió para decirme sobre una tutora extranjera que había
llegado por invitación del príncipe, al parecer usted fue… no sé cómo decirlo…
una especie de…
—¿Objeto?
Me miró fijamente sin saber que decir, al parecer se
sentía muy apenado;
—No sienta
vergüenza —continué—. Fue una época un tanto incómoda y el solo
hecho de recordarla me causa risa, muchos caballeros me conocieron a raíz de
una fiesta de máscaras en honor a un supuesto compromiso del príncipe y desde
ese momento, supe que no me los quitaría de encima y uno de ellos que me
conoció ese día fue su padre. La verdad era una situación bastante incómoda, yo
estaba profundamente enamorada de mi “hombre normal” y desde que lo conocí me
era imposible ver a otros caballeros.
—Me siento un
poco apenado —bajó la cabeza—.
Era natural que como viudo mi padre pudiera ver otra mujer, sé que no se
justifica ya que era muy mayor y nunca supe a ciencia cierta el efecto que
usted produjo en él, pero si debo decirle que la admiraba y más después de
todos los acontecimientos ocurridos.
—¿Acontecimientos
ocurridos? —Pregunté asombrada—. No me diga que… ¿De verdad conoce todos esos episodios?
****
No hay comentarios:
Publicar un comentario